A los venezolanos les llevó 38 años
cumplir con la idea propuesta por el Libertador Simón Bolívar, en 1816,
cuando se pronunció a favor de la abolición de la esclavitud.
El 3 de marzo de 1854 y posterior a diversas discusiones en el Congreso,
basados en un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados, luego de
superadas las objeciones de que la agricultura se quedaría sin mano de
obra, fue aprobado el proyecto que sería sancionado el 23 de marzo de
ese mismo año.
Fue el 24 de marzo de 1854, cuando el
presidente José Gregorio Monagas firmó el ejecútese del decreto que le
dio por entonces una condicionada libertad a 60 mil esclavos que
existían en Venezuela.
En el estudio “Bolívar y la abolición de
la esclavitud en Venezuela 1810-1830” del investigador José Marcial
Ramos Guédez, , se afirma que la campaña del Libertador contra la
esclavitud fue cuestionada “desde el primer momento por la oposición que
le manifiestan los sectores oligárquicos y los terratenientes amos de
esclavos”.
Pese a ello el Libertador logra asomar la
idea de liberar a aquellos hijos de África que lucharon a favor del
ideal de la libertad.
En uno de sus pronunciamientos, Simón
Bolívar afirmó que: “La naturaleza, la justicia y la política piden la
emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en
Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”.
Como único recurso, le quedaba al
Libertador dar el ejemplo y fue así como Bolívar hizo libres a María
Jacinta Bolívar, José de la Luz Bolívar, María Bartola Bolívar,
Francisca Bárbara Bolívar, Juan de la Rosa Bolívar y Nicolasa Bolívar.
Todos utilizaban el apellido de sus entonces dueños.
El Presidente José Gregorio Monagas
decretó, en 1854, la definitiva abolición de la esclavitud condicionada
al pago de una indemnización por parte del Estado a los mal llamados
“amos”. Pero Monagas no tuvo una tarea sencilla,
cientos de personas se le oponían a este decreto, entre ellas la más
empecinada era Vicente Amengual, quien sostenía que el proyecto era
anticonstitucional y que ‘conduciría a la República a un abismo
espantoso”, co
Los amos de los esclavizados y
esclavizadas le exigieron al gobierno que tenían que indemnizarles, es
decir pagarles por cada persona que ellos liberaran. El Estado procedió a
indemnizar a lo amos, en vez de indemnizar a las personas que durante
años fueron humilladas y maltratadas.
Pero Monagas era un hombre terco de su
tiempo, quería para Venezuela el avance y desarrollo de políticas para
mejorar la calidad de vida del país. Si bien su aprecio por la raza
afroamericana pueda deberse a su relación con personas de este origen,
durante sus años de crianza.
"Discutís señores, una cuestión vital: digo mal, no debe calificarse de cuestión, pues la libertad del hombre no puede ponerse en duda, ni en contradicción, mucho menos en Venezuela, donde tantos años se ha dado el grito de libertad, y donde tanta sangre se ha derramado por alcanzar para todos ese bien inestimable. La esclavitud es, señores, como dijo el gran Bolívar, la infracción de todas las leyes, la violación de todos los derechos. Venezuela, pues que se gloria de haber sido la primera en Suramérica que reconociese el gran principio de la soberanía popular, origen y fuente de toda autoridad: Venezuela no debe aparecer más a los ojos del mundo entero, con la horrible mancha de la esclavitud. ¿Qué derecho justo se alegará, señores, para conservar por más tiempo este título de ignominia que nos legaron las generaciones pasadas?. Acordaos, honorables Representantes, que sin la igualdad perecen todas las libertades, todos los derechos; y que con la esclavitud no hay igualdad.
Yo os esfuerzo, pues, a que no abandoneis el tratamiento de esta importante materia. Buscad el modo de abolir la esclavitud sin vulnerar los derechos de los poseedores de esclavos; y acabad de sancionar una ley justa, santa, digna de una política ilustrada y consecuente con los principios liberales que nos han guiado hasta aquí."
La abolición de la esclavitud fue una medida legislativa que no afectó los intereses de los amos de esclavos, porque en cierto modo más bien convenía a tales intereses. En efecto, la esclavitud se había convertido en forma antieconómica para los hacendados, a los cuales convenía más comprar libremente la fuerza de trabajo que utilizaba en sus haciendas que mantener dicha fuerza. Por otra parte, estando prohibida la importación de esclavos desde 1810, el crecimiento de la mano de obra esclava era menor que el aumento de la demanda. Es decir, la esclavitud pasó a ser antieconómica porque no se podía aumentar la mano de obra esclava en la misma medida en que crecía la demanda de esclavos. Los propios dueños de hacienda vieron la conveniencia de sustituir los esclavos por trabajadores libres. Por último, la libertad de los esclavos iba a hacerse, y se hizo, mediante indemnización a los dueños, lo que en la práctica les resultó un negocio pues recibieron buena paga por los esclavos que tenían. En definitiva, "la abolición vino a robustecer a los señores de la tierra, que tuvieron entonces el poder de fijar el salario que a ellos plugo y en condiciones que ellos a su mejor conveniencia establecieron, dado el exceso de la oferta de brazos".
El artículo
más tajante de esa Ley expresaba: “Queda abolida para siempre la
esclavitud en Venezuela”. Pero no fue sino hasta el 15 de febrero de
1819 cuando Simón Bolívar, en su Discurso de Angostura, solicitó el fin
de la esclavitud y pudo, definitivamente, ver su cumplido su sueño.
Las condiciones sociales, económicas, y
educativas, después de la abolición de la esclavitud eran tan
deplorables que muchos prefirieron continuar en condiciones de
semi-esclavitud para poder sobrevivir. Sin embrago, otros y otras
emigraron a las ciudades para buscar un mejor sustento y mejores
condiciones de vida para su familia. Algunos se quedaron e las zonas
rurales donde construyeron conucos, haciendas y otras labores agrícolas
que con el tiempo se convirtieron en sus propiedades para vivir
dignamente de su trabajo
VIEJA ASPIRACIÓN BOLIVARIANA
El historiador Roger Blanco Fombona señaló que la abolición de la esclavitud fue una
vieja aspiración bolivariana, expresada por vez primera en el año de
1816 en el “Manifiesto de Carúpano” y reiterado en el discurso de
Angostura.
“La posición bolivariana tenía un sentido fundamentalmente político,
pues sometidos a revisión los fracasos de 1812 y 1814, los hechos
llevaron a Bolívar a concluir en la necesidad de incluir en la lucha a
los negros esclavos, lógico apoyo popular del que carecía el ejército
libertador. El decreto de Liberación implicó una libertad a medias, ya
que se asumió la manumisión como sinónimo de libertad”, expuso.
Disuelta la Gran Colombia de Bolívar en 1830, “la oligarquía
venezolana asumió con fuerza el poder político, y los antiguos
mantuanos, convertidos en republicanos, volvieron por sus fueros,
impulsando esta vez al general José Antonio Páez como Presidente de la
República”.
Posteriormente, como Conservadores y Liberales “se dividieron con
estas banderas políticas que, aunque a la vista parecían muy distintas,
en el fondo solo pugnaban por los beneficios de posiciones de poder,
además de seguir orillando al pueblo hacia los abismos de miseria”.
El historiador e investigador manifestó que los viejos intereses de
la oligarquía, tanto conservadora como liberal, impedían a los
terratenientes “deshacerse” de la mano de obra esclava, pero los
factores económicos que azotaban a la república, luego de la Guerra de
Independencia, los llevaron a abrazar al fin la abolición.
CHUCUTA
Pero, acota el historiador, “lo que aprobaron en 1854 fue una
libertad “chucuta”, porque los hombres y mujeres que obtuvieron la
libertad pasaron a formar parte de aquellos venezolanos, sobrevivientes
de la Guerra de Independencia, que se vieron sin tierra para trabajar”,
Señaló que esta situación generó el fenómeno conocido como El
Caudillismo, que imperó en Venezuela (y también en buena parte de
Latinoamérica) después de la segunda mitad del siglo XIX.
“Sin embargo, la consecuencia más directa que surgió fueron los
distintos alzamientos (de Conservadores con Páez a la cabeza), que
produjeron las condiciones para que estallara la Guerra Federal, y se
intentara saldar las deudas dejadas en el proceso de Independencia; esto
llevó a Ezequiel Zamora a elevar su voz y convertirse en un líder al
que seguir”, comentó.
La consigna “Tierra y Hombres Libres, horror a la Oligarquía” pasó a
ser la bandera de lucha de los hijos y nietos de los esclavos de la
Colonia.
Algunos autores afirman que, de no ser por el Decreto de Abolición de
la Esclavitud, el gobierno de José Gregorio Monagas hubiera pasado a
la historia como uno de los mediocres, señaló el historiador Blanco
Fombona. En su gestión “Venezuela y Brasil firmaron algunos convenios,
relativos a sus límites geográficos; de navegación, y un tratado de
extradición; por cierto que el acuerdo de límites no fue ratificado por
el Congreso, por lo cual quedó suspendido hasta 1859”.
Recordó que también durante su mandato fue promulgado el primer
Código de Minas que sustituyó a la legislación colonial en esa materia.
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