Era el mes de marzo
de 1978, período electoral en Venezuela y Renny Ottolina quien hasta el momento
solo era conocido por su destacada actuación al frente de las cámaras y los
micrófonos había decidido entrar en la contienda. Sus hombres insistían, el
candidato se negaba, revisaron la agenda: para el jueves 30 de marzo el
aspirante y sus seguidores debían acudir a la sede del Consejo Supremo
Electoral a entregar las 140.000 firmas requeridas legalmente para oficializar
la candidatura, ese mismo día debía presentar al país las líneas maestras de su
programa de gobierno. Lo más cercano en la agenda, aparte del mentado viaje a
la isla de Margarita, era un foro con deportistas en la sede de un conocido
diario capitalino para el viernes 17 a las nueve de la mañana. Joaquín
Silveira, directivo del Movimiento de Integridad Nacional (MIN), organización
creada para motorizar la candidatura insistió, el Dr. Arnoldo Molina,
Coordinador General del Movimiento Pro-Renny tenía todo listo: para el jueves
16 se esperaba la presencia del candidato en el foro “Venezuela hoy y su
futuro” organizado por la seccional Nueva Esparta de la Asociación Nacional de
Ejecutivos, el foro se haría al final de la tarde. Por fin Renny aceptó y sus
acólitos respiraron aliviados.
Ottolina quien desde
1945 había protagonizado una brillante carrera en la radio, el cine y la
televisión sorprendió al país en octubre de 1977 cuando anunció su intención de
aspirar a la presidencia de la república. El anuncio lo hizo en el programa
radial Impacto 78 que conducía su amigo, el cronista taurino Rodolfo Serradas
“Positivo”. Al salir del programa Renny invitó a Serradas a unirse a su campaña
con el cargo de director de prensa, el cronista prometió pensarlo pero luego de
algunos días declinó amablemente la oferta. Cuando el candidato y su equipo
abordaron en Maiquetía la avioneta Cessna 310, siglas YV-1019-PP, propiedad de
Carlos Olavarría, ya una multitud los esperaba en el aeropuerto Santiago Mariño
de la isla de Margarita. Mientras aguardaban en pista la autorización de
posicionamiento y despegue cada uno de los hombres se sumió en sus
pensamientos: Ciro Medina quien tenía cinco meses trabajando como director de
prensa de la campaña, había almorzado ese día con su esposa Marlene; como
periodista había desempeñado importantes cargos, fue Jefe de Relaciones
Públicas del Consejo Supremo Electoral, luego Jefe de Redacción de la revista
Élite y posteriormente ocupó puestos directivos en las publicaciones “Semana” y
“Bohemia”. En marzo del 78 su preocupación era registrar de manera limpia y
meticulosa cada una de las actividades de Renny.
A las 6:55 de la
tarde del jueves 16 de marzo de 1978 la avioneta Cessna YV-1019-PP ni se había
reportado ni había llegado a su destino en la isla de Margarita lo que generó
la alarma de las autoridades que de inmediato la declararon en emergencia. Por
orden presidencial dio comienzo la Operación Alfa 5, dirigida por el Dr. José
Salzbeguer Director de Aeronáutica Civil y en la que participaron, a lo largo
de varios días llenos de incertidumbre, centenares de efectivos de distintos
cuerpos de seguridad del estado. Se peinó mar, costa y montaña; se barajaron
distintas hipótesis acerca de los posibles trayectos seguidos por la aeronave,
se generaron rumores que en nada ayudaban y se improvisaron cadenas de oración
por todo el país pidiendo por la buena suerte de los desaparecidos. Un mapa
hecho a mano por los técnicos de Aeronáutica Civil señalaba tres posibles rutas
(A – B y C).
En la ruta A se
dibujaba una línea recta que partía de Maiquetía y terminaba a 25 millas de la
costa ubicada frente al caserío de La Sabana, allí según esa hipótesis habría
ocurrido el desastre, la ruta B que corría en curva a 15 millas de las costas
guaireñas señalaba dos posibles sitios de amerizaje forzoso, el primero frente
al pueblo de La Sabana y el otro en el radial de Cabo Codera, la tercera línea,
la C, que como la primera corría recta partía de Maiquetía y terminaba en la
montaña ubicada detrás de La Sabana, ubicando allí el sitio de la posible
tragedia. El viernes 17 se desatan rumores acerca del accidente, de sus
posibles causas y motivaciones.
Estos rumores que aún
hoy día persisten hablaban de la posibilidad de que la avioneta hubiera sido
“arreglada” por alguien para provocar el accidente y así sacar a Renny de la
contienda. Se señalaba a los dirigentes del status quo de planificar el
atentado, nada de eso se confirmó nunca. El domingo 19 el Comando Nacional del
Movimiento de Integridad Nacional, solicitó a la Policía Técnica Judicial que
intensificara las investigaciones sobre las extrañas circunstancias en que
desapareció la avioneta en la que viajaba su candidato presidencial con
miembros del equipo de campaña. Ese mismo día la PTJ interrogó al personal
técnico que atendía la Cessna, para descartar la posibilidad de saboteo en el
combustible o en alguna de las piezas de la aeronave.
Cuatro días después
de la desaparición y cuando ya los rumores volvían loco al país entero fueron
ubicados los restos de la nave. A las tres de la tarde del lunes 20 de marzo el
piloto James Mahan, responsable del hallazgo cuenta cómo ocurrió: “Fue por pura
casualidad que logramos descubrir los restos de la avioneta siniestrada, eran
las tres de la tarde aproximadamente cuando le dije al capitán Jiménez quien
estaba en un helicóptero de la Policía Metropolitana, que iba a regresar a
Maiquetía para proveerme de combustible. Al girar vi unos destellos y lo
comuniqué al capitán Jiménez. Bajamos un poco y fue cuando pudimos divisar con
mayor claridad los restos de la avioneta”. El sitio donde estaba la aeronave
era la Loma del Medio, entre el cerro Loma Larga y el estribo de San Julián al
fondo de la quebrada de San Julián en Tanaguarena, Cordillera de la Costa del
Litoral Central, un sitio de muy difícil acceso por lo que las labores de
rescate no comenzaron sino hasta la mañana del martes 21. Ese día un equipo
integrado por sesenta hombres, entre ellos 20 del grupo Gato de la PTJ,
comandados por su Director, el comisario Manuel Molina Gásperi bajó en rapel
desde varios helicópteros; el trabajo fue tan arduo que solo a las 4:30 de la
tarde estuvieron listos para comenzar a trasladar los cadáveres. Los restos que
estaban en avanzado estado de descomposición fueron llevados en bolsas
plásticas hasta la sede de la Morgue de Bello Monte en Caracas para la
identificación, labor que no resultó nada fácil.
Ahora que se conocía
con veracidad el destino final de los cinco hombres, el país se sumió en el
dolor. La sede nacional del MIN se llenó de periodistas y personas del común
que querían informarse acerca del sitio del velatorio y del sepelio. Renny,
nacido como Reinaldo José Ottolina, fue inhumado a las 4 de la tarde del miércoles
22 de marzo de 1978 en la sección “A” 1-D, Nro. 70 del Cementerio General de La
Guairita, al acto acudió una multitud que según su ex esposa Renée no se había
visto en Caracas desde la época en que enterraron a Pancho Pepe Croquer.
Con los días los rumores
acerca de que la muerte de Renny no había sido fortuita se acrecentaron. El
dictamen oficial fue que se había tratado de un accidente causado por la fuerte
nubosidad que había en la zona aquel día y que había obligado al piloto a
asumir el vuelo instrumental del que no tenía mayores conocimientos. Los
dirigentes de su partido contrataron a Jaime Serra, un investigador de
tragedias aeronáuticas quien luego de un tiempo presentó un informe que
coincidía con el emitido por las autoridades. El rumor sin embargo no decayó y
aún hoy día uno consigue gente en las calles que al hablar de este episodio no
duda en señalarlo como un complot ideado por dirigentes de los partidos del
estatus para liquidar a Renny Ottolina. El MIN, Movimiento de Integridad
Nacional sufrió un duro revés con la desaparición física de su líder, en las
elecciones de aquel año solo obtuvo una curul en la cámara de diputados.
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