Sacerdote venezolano, se incorporó con el grado de
capellán militar al ejército independentista. También se destacó como
funcionario público e historiador. Abandonado por sus padres fue criado
por la negra libre Bartola Madrid. El apellido Blanco lo obtuvo de su
padrino de confirmación el mantuano José Domingo Blanco. De acuerdo con
investigaciones recientes se ha podido constatar que su madre fue María
Belén Jerez de Aristiguieta y Blanco, importante dama del mantuanaje
caraqueño. Sus estudios los inició en el Seminario de Caracas en 1795 y a
fines de 1798, el obispo Juan Antonio de la Virgen María y Viana le
concedió licencia para vestir hábito clerical. En 1805 solicitó su
graduación universitaria después de haber cursado estudios de filosofía y
teología en el seminario, pero ésta se le negó debido a su condición de
expósito (persona abandonada por sus padres o de origen dudoso). No
obstante, Blanco luchó con las autoridades universitarias y obtuvo en
julio de 1807 una real cédula de Carlos IV que le daba la razón pese a
la negativa del claustro universitario. En 1809 obtuvo la licencia por
parte del Arzobispado para recibir las sagradas órdenes como sacerdote.
A raíz de los sucesos del 19 de abril de 1810, tiene
una destacada participación en la lucha independentista. En este
sentido, actúa junto al marqués del Toro en las fuerzas que se organizan
para llevar a cabo la expedición de Coro, en calidad de capellán del
ejército (1810), participando en las acciones de Aribanache (15 de
Noviembre) y Sabaneta (30 de noviembre). En 1811 se incorpora como
capellán del ejército del Generalísimo Francisco de Miranda, viendo
acción en el sitio y asalto a la ciudad de Valencia. El 25 de abril de
1812 combate contra Domingo de Monteverde en Los Colorados de San Carlos
y el 3 de mayo del mismo año se encontrará junto al coronel patriota
Miguel Carabaño en los morros de Valencia. Tras la caída de la Primera
República y la violación de Monteverde de la capitulación firmada por
Miranda (25.7.1812), se marcha a la isla de Trinidad. En 1813, luego de
la finalización de la Campaña Admirable toma parte en las acciones de
Puerto Cabello, Bárbula (30 de septiembre) y Las Trincheras (3 de
octubre), Barquisimeto (10 de noviembre), Vigirima (23, 24 y 25 de
noviembre) y Araure (5 de diciembre). En marzo del año siguiente actúa
junto a José Félix Ribas en Ocumare del Tuy y se integra al ejército del
general Santiago Mariño para participar en los combates de Bocachica
(31 de marzo). Luego de contribuir a la defensa de Valencia en el primer
sitio de esa ciudad, asistió a la primera batalla de Carabobo librada
el 28 de mayo de 1814.
Perdida la Segunda República (diciembre de 1814), formó
parte del núcleo republicano que se retiró hacia la Nueva Granada. En
dicha república, vio acción en la campaña de Magdalena junto al
Libertador en 1815 y en la campaña de resistencia contra Pablo Morillo
en 1816 a las órdenes del general José Antonio Páez, interviniendo
además en las acciones de Achaguas y El Yagual. En 1817, se encontraba
en Guayana donde prestó sus servicios como administrador, al reorganizar
las misiones del Caroní. En este lugar estará a las órdenes del general
Manuel Piar y poco después colabora en operaciones logísticas llevadas a
cabo por el almirante Luis Brión. Tiempo después formó parte de los
firmante de la Constitución de Cúcuta en 1821. En 1826, durante el
desarrollo del movimiento separatista de La Cosiata (se buscaba separar a
Venezuela de la Gran Colombia, integrada además por Ecuador y
Colombia), colabora con el Libertador en la preparación de tropas para
reforzar el Zulia y los Andes, en donde mandaba la provincia de
Trujillo.
Como consecuencia de su desvinculación del ejercicio
sacerdotal, debido a su participación en la lucha de Independencia,
decidió solicitar ante la Santa Sede su secularización, la cual le fue
concedida por el papa Gregorio XVI mediante un Breve del 5 de marzo de
1833, con la expresa prohibición de contraer matrimonio.
Años después combatió como comandante de armas de la
provincia de Maracaibo, contra las fuerzas de la Revolución de las
Reformas en 1835. En 1837, siendo Secretario de Guerra y Marina, publicó
en Caracas en el periódico La Bandera Nacional una relación sobre las
campañas de la Independencia en las que había participado. En 1847 es
secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores. Tras apartarse de la
vida pública, intentó en varias oportunidades (1848, 1850, 1852, y 1855)
su reactivación como sacerdote, lo cual no le fue concedido por la
Santa Sede. A partir de 1855, se dedicó a recopilar documentos relativos
a la historia de Venezuela, tomando como partida la colección que 30
años antes habían publicado Cristóbal Mendoza y Francisco Javier Yánez.
En términos generales, la colección formada por José Félix Blanco, con
la ayuda de su amigo Ramón Azpurúa, incluía tanto documentos sobre
Venezuela como del resto de América, desde la época precolombina hasta
1830.
En 1862, durante el desarrollo de la Guerra Federal,
Blanco fue nombrado consejero de Estado. En 1863, por intercesión del
arzobispo de Caracas, Silvestre Guevara y Lira, quien había viajado a
Roma con motivo del Concordato, el papa Pío IX le concedió a Blanco su
tan ansiada rehabilitación sacerdotal. A partir de este momento se
dedicó a su ministerio religioso y a proseguir la compilación de los
documentos históricos que, ya muerto él, fueron publicados por
disposición del presidente Antonio Guzmán Blanco entre 1875 y 1877 en 14
volúmenes, bajo el título Documentos para la historia pública del
Libertador con José Félix Blanco y Ramón Azpurúa como coautores. Los
restos mortales de José Félix Blanco reposan en el Panteón Nacional
desde el 3 de julio de 1896.
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