EL 29 de mayo de 1945, se declara el araguaney como Árbol nacional. El
Araguaney (Tabebuia Chrysantha), También conocido popularmente como
acapro, curarí, araguán cañada, flor amarilla o puy. Su designación
científica viene dada por los vocablos tabubaia, de origen indígena,
crhysantha, de origen griego.
Su longitud varía entre seis y doce
metros, y suele crecer en bosques deciduos de ambientes secos, en bordes
de sabanas, valles o lomas áridas, en alturas de hasta 1.200 metros. De
hecho, su floración sucede principalmente entre los meses de sequía,
febrero y abril.
Su tronco, se unos 60 centímetros de
diámetro, que puede crecer indistintamente tanto derecho como torcido,
se considera una de las maderas más duras y pesadas del continente
americano, al punto que suele usarse para postes y durmientes de los
rieles de ferrocarriles.
Fue declarado árbol nacional el 29 de
mayo de 1945, en virtud de lo cual fue limitada su tala y preferida su
siembra a la de otras especies y, gracias a ello, hoy es posible
encontrarlo en todo el territorio nacional. Decía el gran novelista
venezolano Rómulo Gallegos que “en el período de la floración todo el
campo, todos los caminos, toda la geografía patria parece rendir
pleitesía a la belleza de este árbol que luce en el bosque, a lo largo
de nuestros caminos, en el interior de nuestras viviendas, como una
diadema de oro. Es que el araguaney se hizo emblema del pueblo
venezolano”.
El decreto mediante el cual se escogió
el árbol nacional fue firmado por Luis Beltrán Prieto Figueroa, ministro
de Educación, y Ricardo
Montilla, ministro de Agricultura y Cría, argumentando que “el
araguaney está caracterizado por la belleza ejemplar de su formación y
de su floración amarilla, por ser uno de los árboles verdaderamente
autóctonos de nuestros bosques, tener su área de distribución
circunscrita al territorio nacional y ser propio de todas las zonas y
climas del país”.
Adicionalmente, se eligió el 29 de mayo “por cuanto
ninguna oportunidad es más apropiada que la celebración de la Fiesta del
Árbol para comunicar la designación de araguaney como emblema florar
de Venezuela, respondiendo así al propósito de crear y fomentar el
vínculo fraternal que emerge del propio suelo de cada país y se consagre
en un jardín internacional de noble y elevado simbolismo.
En el año 1952 el Gobierno nacional
presidido por Marcos Pérez Jiménez decidió establecer árboles
emblemáticos en los distintos estados del país, para lo cual se crearon
una comisión nacional y las correspondientes comisiones estatales. El
Propósito era seleccionar el árbol de cada estado tomando en cuenta su
valor histórico y económico, con el objeto de que fuera el prototipo de
la cultura de lugar, embelleciera, mejorara el ambiente y creara
conciencia conservacionista.
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