AÑO 1821
Miguel de La Torre |
Simón Bolívar |
Los preparativos para la segunda Batalla de Carabobo comenzaron a finales de mayo de 1821. Simón Bolívar, recordando su gloriosa campaña admirable, había creado una gran estrategia para finiquitar la independencia en la sabana de Carabobo, lugar que le parecía ideal ya que en 1814, le había propinado una tremenda derrota a los realistas en la primera batalla de Carabobo ocurrida el 28 de mayo de 1814.
En el marco de esta estrategia, Bolívar planificó que Bermúdez, al mando de un segundo ejército, avanzara desde el oriente hasta Caracas con la finalidad de que Miguel de la Torre dividiera su ejército al tener que enviar parte de sus tropas para defender Caracas. "La distracción de Bermúdez" funcionó a la perfección. Consistia en mover las tropas, avanzando sobre Caracas, La Guaira y los Valles de Aragua que obligó a La Torre a enviar unos dos batallones de infantería y escuadrón de caballería a Barquisimeto en su contra para recobrar las posiciones y asegurar su retaguardia,6 unos mil combatientes. El ejército rebelde avanzó de San Carlos a Tinaco cubierto por la avanzada del coronel José Laurencio Silva, que tomó las posiciones leales en Tinaquillo. El 20 atraviesa el ejército rebelde el río Tinaco y el 23 Bolívar pasa revista a sus fuerzas en la sabana de Taguanes.
En el marco de esta estrategia, Bolívar planificó que Bermúdez, al mando de un segundo ejército, avanzara desde el oriente hasta Caracas con la finalidad de que Miguel de la Torre dividiera su ejército al tener que enviar parte de sus tropas para defender Caracas. "La distracción de Bermúdez" funcionó a la perfección. Consistia en mover las tropas, avanzando sobre Caracas, La Guaira y los Valles de Aragua que obligó a La Torre a enviar unos dos batallones de infantería y escuadrón de caballería a Barquisimeto en su contra para recobrar las posiciones y asegurar su retaguardia,6 unos mil combatientes. El ejército rebelde avanzó de San Carlos a Tinaco cubierto por la avanzada del coronel José Laurencio Silva, que tomó las posiciones leales en Tinaquillo. El 20 atraviesa el ejército rebelde el río Tinaco y el 23 Bolívar pasa revista a sus fuerzas en la sabana de Taguanes.
Preparación de ambos ejércitos
Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que cubrieran por el oeste el camino de San Carlos, y por el sur el de El Pao. La primera línea defensiva fue confiada a la Primera División dirigida por el Teniente Coronel Tomás García, la cual se organizó en tres batallones principales. El batallón de Valencey a cargo del Teniente Coronel Andrés Riesco, ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el batallón Hostalrich comandado por el Teniente Coronel Francisco Illas, en columna de marcha detrás de las anteriores. Además de esto, dos piezas de artillería fueron colocadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por el Valancey y el Barbastro. La posición correspondiente a la vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el Brigadier Francisco Tomás Morales, quien contaba con dos batallones principales y uno de reserva. Primero tomó posiciones el batallón ligero del Infante, a cargo del Teniente Coronel Simón Sicilia; e inmediatamente detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo batallón del Burgos, bajo la jefatura del Teniente Coronel Joaquín Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de caballería. En cuanto al cuartel general, el mismo quedó establecido cerca del batallón Burgos.
El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó el ejército rebelde en tres divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (gobernada por el Teniente Coronel Francisco Torres) y los mercenarios ingleses agrupados en el batallón Cazadores Británicos (al mando del Coronel Thomas Ildeston Farriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores (dirigido por el Teniente Coronel Ludwig Flegel), y Vargas (Teniente Coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones: El Rifles a cargo del Teniente Coronel Arthur Sandes, Granaderos al mando del Coronel Francisco de Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigido por el Coronel Johann von Uslar y el Anzoátegui, comandado por el Coronel José Maria Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de caballería.
En San Carlos se unieron los 3000-3500 hombres de Bolívar, junto a 2500 refuerzos traídos por Páez, y a principios de Junio, bajo el mando supremo del Libertador, el ejército patriota que constaba de 6500 hombres aproximadamente, avanzó hacia el ejército de La Torre, de unos 4500 según las estimaciones históricas, el cual permanecía en Los Valles de Aragua. El 23 de junio, ambos ejércitos se encontraban en las cercanías de la Sabana de Carabobo. Bolívar decide que Páez, al mando del batallón Bravos de Apure, sea el comandante de la batalla. Otros datos indican lo siguiente:
El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó el ejército rebelde en tres divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (gobernada por el Teniente Coronel Francisco Torres) y los mercenarios ingleses agrupados en el batallón Cazadores Británicos (al mando del Coronel Thomas Ildeston Farriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores (dirigido por el Teniente Coronel Ludwig Flegel), y Vargas (Teniente Coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones: El Rifles a cargo del Teniente Coronel Arthur Sandes, Granaderos al mando del Coronel Francisco de Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigido por el Coronel Johann von Uslar y el Anzoátegui, comandado por el Coronel José Maria Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de caballería.
En San Carlos se unieron los 3000-3500 hombres de Bolívar, junto a 2500 refuerzos traídos por Páez, y a principios de Junio, bajo el mando supremo del Libertador, el ejército patriota que constaba de 6500 hombres aproximadamente, avanzó hacia el ejército de La Torre, de unos 4500 según las estimaciones históricas, el cual permanecía en Los Valles de Aragua. El 23 de junio, ambos ejércitos se encontraban en las cercanías de la Sabana de Carabobo. Bolívar decide que Páez, al mando del batallón Bravos de Apure, sea el comandante de la batalla. Otros datos indican lo siguiente:
Fuerzas presentes en el combate
Los cálculos decimonónicos sobre las fuerzas presentes en Carabobo tienden a ser muy favorables para uno u otro bando, variando mucho entre sí. Sin embargo, todos reconocen la superioridad numérica de los independentistas. La de Alison da 4.000 para La Torre y 8.000 para Bolívar, de estos últimos 1.200 eran miembros de la Legión británica y 3.000 de caballería llanera comandada por Paéz. Mosquera cifra al ejército grancolombiano en 9.000 ó 10.000 hombres pero Mulhall lo rebaja a 7.500. Incluso Karl Marx reconoce la superioridad numérica grancolombina: 1.500 jinetes y 2.500 infantes realistas contra 3.000 jinetes y 6.000 infantes (1.100 británicos) patriotas. Por su parte, Dromundo eleva la cifra de infantes realistas a 3.500 aunque conserva la de jinetes. Lo mismo hace López.
Estimaciones modernas en cambio discrepan de dichas cifras. Zamora habla de solo 4.300 realistas y 6.500 republicanos. Respecto de esta última cifra coincide con la de Bushnell, 2.500 jinetes y 4.000 infantes. López habla de 4.000 infantes y 2.300 jinetes. Sinclair estima el ejército revolucionario en 10.000 combatientes, 3.000 jinetes y el resto infantes. De Armas Chitty da unas cifras muy similares a las de Marx respecto de la tropa realista: 2.566 infantes, 1.651 jinetes y 62 artilleros con 2 cañones.1
La Batalla
Estimaciones modernas en cambio discrepan de dichas cifras. Zamora habla de solo 4.300 realistas y 6.500 republicanos. Respecto de esta última cifra coincide con la de Bushnell, 2.500 jinetes y 4.000 infantes. López habla de 4.000 infantes y 2.300 jinetes. Sinclair estima el ejército revolucionario en 10.000 combatientes, 3.000 jinetes y el resto infantes. De Armas Chitty da unas cifras muy similares a las de Marx respecto de la tropa realista: 2.566 infantes, 1.651 jinetes y 62 artilleros con 2 cañones.1
La Batalla
Bolívar dirigiendo la batalla junto a su estado mayor.
Despliegue y primeras maniobras
A primera hora del 24 de junio, desde las alturas del cerro Buenavista, Bolívar hizo un reconocimiento de la posición de los españoles y llegó a la conclusión de que ésta era inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la derecha y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una maniobra tendiente a desbordar el ala izquierda enemiga, operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, en tanto que la separación de Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición de ataque.
Despliegue y primeras maniobras
A primera hora del 24 de junio, desde las alturas del cerro Buenavista, Bolívar hizo un reconocimiento de la posición de los españoles y llegó a la conclusión de que ésta era inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la derecha y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una maniobra tendiente a desbordar el ala izquierda enemiga, operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, en tanto que la separación de Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición de ataque.
Flanqueo de la 1.ª. División y contraataque del Burgos
Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los rebeldes, ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia el Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces. La situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó y lo obligó a retroceder. En esta acción, el Batallón Británico demostró una gran valentía y sangre fría, soportando cada una de las cargas del ejército leal, perdiendo a su comandante Tomás Farriar y a 17 de sus oficiales superiores, pero permitiendo a los "Bravos de Apure", liderados por Páez, reorganizarse y contraatacar de forma efectiva. Por su parte, los batallones Infante y Hostalrich, entraron en auxilio del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure y unido al Cazadores Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores, hubo de retroceder de forma ordenada.
El flanco derecho del ejército leal se retira
La primera división fuerza el paso y entra en la sabana de Carabobo
Para detener el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación republicana, Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del ejército patriota entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería rebelde, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.
Retirada de los leales
Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los rebeldes, ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia el Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces. La situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó y lo obligó a retroceder. En esta acción, el Batallón Británico demostró una gran valentía y sangre fría, soportando cada una de las cargas del ejército leal, perdiendo a su comandante Tomás Farriar y a 17 de sus oficiales superiores, pero permitiendo a los "Bravos de Apure", liderados por Páez, reorganizarse y contraatacar de forma efectiva. Por su parte, los batallones Infante y Hostalrich, entraron en auxilio del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure y unido al Cazadores Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores, hubo de retroceder de forma ordenada.
El flanco derecho del ejército leal se retira
La primera división fuerza el paso y entra en la sabana de Carabobo
Para detener el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación republicana, Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del ejército patriota entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería rebelde, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.
Retirada de los leales
Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la caballería con los Bravos de Apure, junto a su comandante Páez, (algunas fuentes dicen que tuvo uno de sus ataques epilépticos en este momento) le dan la vuelta a la sabana para atacar por el flanco derecho. Páez realiza una furiosa carga final que desarticula por completo a los realistas, los batallones leales optaron por la retirada. Como último recurso, la Torre le ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería colombiana, pero esta unidad no sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de las fuerzas de Bolívar. Al entrar la batalla en su fase final, el 1.º de Valencey forma cuadro y comienza a retirarse, los rebeldes iniciaron una tenaz persecución del ejército leal, la cual fue llevada a cabo hasta Valencia. De los 4.279 efectivos que participaron en la batalla de Carabobo, los leales perdieron dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados. Por su parte, las bajas de los rebeldes también fueron cuantiosas. El resto del ejército leal terminó refugiándose en Puerto Cabello. La retirada del "Valencey" ha sido catalogada por varios historiadores como "magistral". El mismo Bolívar, en su parte de guerra, reconoce el valor de sus reales enemigos. En la persecución, perecieron los destacados jefes patriotas Cedeño y Ambrocio Plaza
Recién terminada la Batalla de Carabobo, Simón Bolívar desde las alturas donde dirigía exclama "La victoria se debe al General Páez" y baja al centro de la sabana de Carabobo a encontrarse con su compañero de armas, lo abraza, y ante todo el grupo de soldados que acompañaban a Páez, Bolívar le dice "tú eres el brazo fuerte de la Patria, tú eres Aquiles. Tu presencia en este campo es la Victoria, y la victorioa es la República...A nombre del Congreso de Colombia os doy el grado màs elevado de la milicia, premio de vuestro extraordinario valor y virtudes militares”, y lo asciende a General en Jefe en pleno campo de batalla, finalizando así el día más Glorioso para la historia de Venezuela
Consecuencias
Consecuencias
La batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del país, conocidas como la "Campaña de Occidente"; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela.
Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales logró refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reunía más de 5.200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente. Tras la derrota realista en la batalla naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823 y el asedio planteado por el general Páez en Puerto Cabello la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar la plaza el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo de San Felipe fue tomado, acabando así la guerra de independencia en Venezuela.
Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales logró refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reunía más de 5.200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente. Tras la derrota realista en la batalla naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823 y el asedio planteado por el general Páez en Puerto Cabello la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar la plaza el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo de San Felipe fue tomado, acabando así la guerra de independencia en Venezuela.
La gran victoria de Carabobo
Cedamos la palabra al notable historiador venezolano Rafael María Baralt, para que resuma con su galanura de estilo, la gran victoria de Carabobo. Esta victoria, dice, "obtenida con sólo una parte muy pequeña del ejército colombiano, fue completa y brillante: ella coronó al cabo de once años, la empresa que Caracas empezó el 19 de abril de 1810: fue gloriosa para las armas de la república y su jefe, de gran prez y honor para Páez y de inmortal renombre y fama para la legión británica que contribuyó poderosamente a ella, haciendo prodigios de valor. El congreso, reunido ya en el Rosario de Cúcuta, decretó a Bolívar y al Ejército los honores del triunfo y ordenó que el retrato del hijo ilustre de Caracas fuese colocado en los salones de la Cámara Legislativa con esta inscripción: Simón Bolívar, Libertador de Colombia. En todos los pueblos de la República y en las divisiones de sus ejércitos se dedicaría un día del año de regocijos públicos en honor de la victoria de Carabobo. A Páez se le concedía el empleo de General en Jefe que "por su extraordinario valor y sus virtudes militares, le había ofrecido el Libertador a nombre del Congreso, en el mismo campo de Batalla". Y finalmente, entre otras cosas, se ordenó levantar una columna ática en la llanura de Carabobo para recordar a la posteridad la gloria de aquel día y los nombres de Bolívar, de Cedeño y de Plaza". Hasta aquí el asentamiento de Baralt.
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