La Expedición llevada a cabo por Francisco de Miranda
en 1806 tuvo como finalidad, iniciar a partir de Venezuela una serie de
acciones destinadas a promover la independencia en la América hispana.
Para desarrollar esta empresa Miranda desembarcó en Nueva York el 9 de
noviembre del año anterior, procedente de Londres, entrevistándose con
notables personajes norteamericanos tales como Thomas Jefferson, James
Madison, secretario de Estado; el coronel William Smith, inspector del
puerto de Nueva York; Samuel Ogden, armador que comerciaba con Haití y
Thomas Lewis, dueño de una importante casa de comercio en Haití y amigo
de Alejandro Petión. Como resultado de estas conversaciones Miranda
obtuvo los recursos que le permitieron tomar en alquiler un barco de
Ogden, al cual bautizó como Leander (en recuerdo de su hijo Leandro), y
un bergantín de 180 toneladas, armado con 18 cañones. Tras poner punto
todos los preparativos, el 2 de febrero de 1806, zarpó de Nueva York el
Leander, capitaneado por Thomas Lewis y con cerca de 200 hombres
reclutados en los Estados Unidos. Entre las cosas con las que contaba
dicha expedición se encontraban suministros guerra e incluso una
imprenta, con la cual se pretendía publicar panfletos y documentos
revolucionarios.
Durante la travesía Miranda confirió empleos de Jefes y Oficiales del
Ejército Colombiano a varios de sus compañeros de aventura, en la forma
siguiente: Coroneles, Willian Armstrong y Thomas Lewis; Teniente-Coronel
George W. Kirkland; Mayores Henry Sands y Jeremías Powell; Capitanes
Samuel Lowden, Daniel R. Durning, Gustavus Adolphus Bargudd, Barron
Reerbacch, Thomas Billops, James B. Gardner y James F. Ledhe; Primeros
Tenientes John Oxford, Willian Hosack, Willian Lowden, Charles Johonson,
Miles L. Hall, Thomas Gil, Daniel Komper, John J. O. Sullivan, Charles
Revington y Robert Clark; Segundos Tenientes Francis Farghuarsen, James
Stedman.
El 19 de febrero de 1806 llegó Miranda al puerto de
Jacmel (Haití), donde contaría con una ayuda ofrecida por Petión.
Posteriormente, el 12 marzo de 1806 al levar anclas en dicho puerto, fue
izado en el Leander el tricolor mirandino (amarillo, azul y rojo), el
mismo que años después será declarado como la bandera nacional de
Venezuela. Frente a este pabellón, juraron Miranda y sus hombres hacer
libre a Hispanoamérica del yugo español. En Haití consiguió Miranda sus
fuerzas expedicionarias con la adquisición de 2 goletas: Bacchus y Bee.
Luego de esto, el 27 de marzo de 1806 zarpó la expedición, en la siempre hospitalaria Antilla, Jean Jacques Dessalines desafiaba la
amenaza de los traficantes de esclavos; desparramaba los agentes
secretos por diversos Estados del Continente y ofrecía al Precursor
Miranda el apoyo moral y material del nuevo régimen haitiano, fundado
por él sobre las ruinas de los ejércitos napoleónicos para libertar a
Venezuela de la tiranía española. Después de esperar en vano algunos
días otro buque, llamado el Emperor, salió la expedición del puerto de
Jacquemel el 28 de marzo, fondeando el 11 de abril siguiente en la Isla
de Aruba, donde recaló, en vez de verificarlo en la de Bonaire, como era
la intención mirandina.
En la siempre hospitalaria Antilla, Jean Jacques Dessalines desafiaba la
amenaza de los traficantes de esclavos; desparramaba los agentes
secretos por diversos Estados del Continente y ofrecía al Precursor
Miranda el apoyo moral y material del nuevo régimen haitiano, fundado
por él sobre las ruinas de los ejércitos napoleónicos para libertar a
Venezuela de la tiranía española. Después de esperar en vano algunos
días otro buque, llamado el Emperor, salió la expedición del puerto de
Jacquemel el 28 de marzo, fondeando el 11 de abril siguiente en la Isla
de Aruba, donde recaló, en vez de verificarlo en la de Bonaire, como era
la intención mirandina.
Cinco días permanecieron los tres buques en Aruba, y durante ellos la
gente de desembarco estuvo empleada en ejercicios. Esta, que no excedía
de 200 hombres, carecía de disciplina, y de experiencia los oficiales;
pero Miranda no se preocupaba por la debilidad de sus huestes, pues
esperaba confiado que, según aseguraba, tan luego pisara tierra en la
América del Sur, acudirían a incorporársele buenos oficiales y soldados,
con abundancia de todo lo necesario y de antemano prevenido; de suerte
que desde aquel instante dejaría de pertenecer al Rey de España esta
parte del mundo, a la que él daba el nombre glorioso de Colombia.
El 9 de
abril llegó a Aruba para obtener agua y víveres. Por este tiempo, el
embajador de España en los Estados Unidos, el marqués Casa-Irujo,
informó al Gobierno de Venezuela acerca de las actividades de Miranda y
de sus intenciones de desembarcar en las costas venezolanas. Informadas
las autoridades de los planes de Miranda, refuerzan sus fortalezas,
milicias y naves de guerra. Cinco días permanecieron los tres buques en Aruba, y durante ellos la
gente de desembarco estuvo empleada en ejercicios. Esta, que no excedía
de 200 hombres, carecía de disciplina, y de experiencia los oficiales;
pero Miranda no se preocupaba por la debilidad de sus huestes, pues
esperaba confiado que, según aseguraba, tan luego pisara tierra en la
América del Sur, acudirían a incorporársele buenos oficiales y soldados,
con abundancia de todo lo necesario y de antemano prevenido; de suerte
que desde aquel instante dejaría de pertenecer al Rey de España esta
parte del mundo, a la que él daba el nombre glorioso de Colombia.
Las autoridades españolas ya estaban en noticia de sus movimientos y al
llegar la expedición a las aguas de Ocumare de la Costa, el 27 de abril, cuando la expedición se
disponía a realizar un desembarco nocturno en las playas de Ocumare
(Edo. Aragua), una serie de incidentes impidió la ejecución de esta
operación y al amanecer del 28, los expedicionarios cayeron bajo la
acción de 2 buques españoles, Argos y Ceres, mandados por el teniente de
navío Agustín Blanco. Tras una breve refriega, las fuerzas de Blanco
apresaron las 2 goletas de Miranda y tomó prisioneros a 60 de sus
hombres, los cuales fueron trasladados a Puerto Cabello. Ante este
revés, Miranda tomó la decisión de retirarse con el Leander a Bonaire,
de donde pasó a Granada y luego a Barbados. En esta última isla
estableció conversaciones con su gobernador el contralmirante Alejandro
Cochrane, quien le garantizó auxilios y protección contra el ataque de
las fuerzas españolas.
El 20 de junio de 1806 salió Miranda de Barbados rumbo a
Trinidad con hombres y buques facilitados por Cochrane, desde donde
zarpó a su vez entre el 23 y el 25 de julio del mismo año hacia
Venezuela. En este nuevo intento de desembarco en territorio venezolano,
contaba con 400 hombres, 5 bergantines, 3 cañoneras y 2 barcos
desarmados.
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