Participa en el
levantamiento contra el general Marcos Pérez Jiménez del 1 de enero de
1958 y a raíz del derrocamiento del Gobierno (23.1.1958), es ascendido a
general de brigada y designado ministro de la Defensa en el primer
gabinete de la Junta de Gobierno presidida por el contralmirante
Wolfgang Larrazábal. Vocero de un sector importante de las Fuerzas
Armadas, Castro León pronto está en desacuerdo con las decisiones de la
Junta. En julio de 1958, una crisis política estalla entre las Fuerzas
Armadas y el Gobierno. Castro León prefiere dimitir (22.7.1958) y
abandonar el país. Es pasado a retiro el 24 de noviembre de 1959.
A principios de Abril de 1960, Jesús Farías es llamado al Ministerio de
Relaciones Interiores debido a la denuncia del PCV en torno a un plan de
asesinato de dirigentes civiles y oficiales del ejército, combinado con
el asalto de la UCV, la Casa Sindical y las sedes partidistas, fraguado
por esbirros desempleados de la Seguridad Nacional que portaban
credenciales falsas de AD y COPEI. Los comunistas ubican el epicentro
del plan en la casa de Miguel Moreno en Nueva York, contactado
directamente con el dueño de una línea aérea y Romero Villate, quien
está en suelo colombiano. San Cristóbal es sobrevolada por aparatos con
luces apagadas, supuestamente provenientes de la República Dominicana de
Chapita Trujillo (Tribuna Popular, 08/04/60). La prensa andina, informa
de la estancia de Castro León en Cucutá, así como la detención de
Miguel José Hernández Carabaño, incautada por la DIGEPOL la carta
suscrita por el cabecilla de la rebelión instándolo a acompañarlo a
prender el fósforo en San Cristóbal (El Centinela, 19/04/60).
Además de la invitación postal, le encuentran “Visión y revisión de
Bolívar” de Salcedo-Bastardo, “Elementos de política” de Adam Güller y
“Política y parlamento” de Numa Quevedo (AD, 23/04/60), piezas para una
futura proclama. Atravesar la frontera y amanecer en la capital
tachirense es el itinerario de rigor. Los actos de celebración de la
Independencia, presumimos, obliga a diferir por un día las operaciones.
El capitán Bernabé Serrano llega a Cucutá y trae al líder de la
rebelión, escondiéndolo en la casa del coronel Lizarazo (autoascendido a
general), hasta que es conducido al casino donde enciende su verbo
frente a la oficialidad. El presidente Betancourt telefonea a su colega
colombiano, preocupado por la concentración de “perezjimenistas” en la
frontera. Pero el 20 de abril de 1960, a las dos de la madrugada, entró por Cúcuta con un
pasaporte falso, con un plan para derrocar al gobierno de Betancourt.
Una hora después llegó a San Cristóbal, al Cuartel Bolívar, sede del
Agrupamiento Militar N° 1 del Ejército y asiento del batallón de
Infantería Ricaurte, el cual les fue abierto por el mayor Rafael
González Windevoxel, tomando por sorpresa a la guarnición y poniendo el
batallón al mando del teniente coronel Alcides González Escobar. El
general Castro León anunció a los militares alzados que todo el personal
militar quedaba ascendido inmediatamente a un grado superior.
Castro
León logró controlar el cuartel Bolívar y ocupar las sedes de los
despachos oficiales. Sin embargo, no recibió la adhesión de ninguna otra
guarnición como esperaba, y su movimiento quedó aislado. En la plana
mayor de la nueva intentona de Castro León se encontraban el teniente
coronel Juan de Dios Moncada Vidal; los mayores Manuel Azuaje, Luis
Alberto Vivas Ramírez, Graciano Fariñas y José Isabel Gutiérrez; los
capitanes Bernabé Serrano, Américo Serritielo y José María Galavís; y el
teniente Silvio Guillén; además del general Francisco Lizarazu, jefe de
la Guarnición, quien entregó el cuartel Bolívar a Castro León. Algunos
de estos oficiales se unieron posteriormente a las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional (FALN) y sus destacamentos guerrilleros para
continuar la lucha contra los gobiernos del pacto de Punto Fijo.
Las carreteras están selladas por la maquinaria pesada. Desde Caracas se toman las providencias del caso para bloquear a la entidad federal. Incluso, Simón Alberto Consalvi y Valmore Acevedo intentarán organizar una guerrilla de campesinos, cortar las comunicaciones, pero el aeropuerto de Santa Bárbara del Zulia, el más cercano al centro de los acontecimientos, está en manos del coronel Contreras, insurgente. El de Santo Domingo está bajo control oficial. En La Fría, el mayor Cárdenas contacta con el mayor Pacheco Vivas. San Antonio cae en manos del gobierno. 8 camionetas sin ruedas obstaculizan el paso hacia El Vigia. Con uniforme militar, el hermano de Castro visita a familiares en Capacho. Muertos. Heridos.
Corta ilusión de gobierno
Iluso, Castro León despacha desde el Cuartel Bolívar, yéndose el tiempo en la expedición de salvoconductos, inútiles correspondencias, y un ejemplo bastante elocuente radica en la libertad de movilización del gobernador Ceferino Medina gracias a una autorización firmada a nombre de un ciudadano inexistente. El Liceo Bolívar sabe de la ocupación militar, al igual que un banco. Algunas opiniones coinciden en sus lentas y quizás abigarradas decisiones, inseguro de las capacidades con las que estratégica y tácticamente cuenta. Tiene el respaldo de oficiales de estado mayor, pero no cuida de las medidas más elementales y el plan de operaciones no se muestra con nitidez, amparado en el azar y, por supuesto, provocando acciones desordenadas. A lo mejor pudo llegar a Barquisimeto y la espiral propagandística hubiese hecho lo suyo en el resto de los cuarteles del país.La situación es insostenible y Castro intenta huir, pero es apresado en “La Cedralita”, Distrito Capacho, cuando se detuvo a tomar café en la casa de Antonio María Parada no sin proponerle llevarlo por mil bolívares a Cucutá. Lleva una cantidad considerable de dinero en cheques y en efectivo, pesos colombianos, dólares estadounidenses y canadienses que posteriormente entraron a la Caja de Tesorería General del Gobierno de Táchira (El Centinela, 24/04/60). En Caracas, son detenidos Gonzalo Veloz Mancera, expresidente de Televisa, y Angel Zambrano, presidente de la Federación de Béisbol Amateurs, “ligados a personeros del régimen depuesto el 23 de enero y colaborador de Pérez Jiménez” (El Nacional, 23/04/60). Alirio Ugarte Pelayo, embajador venezolano en México, asevera que los facciosos reclutaron a miembros de la hitleriana División Azul (ibidem).
El
movimiento fracasa a las pocas horas de haberse iniciado y Castro León
es detenido, enjuiciado por rebelión militar y trasladado a la prisión
del cuartel San Carlos de Caracas donde muere.
Sostenes de la democracia
Jean-William Lapierre, en “El análisis de los sistemas políticos”, ha versado sobre el sistema cultural, dado por el conjunto de creencias, normas, valores de sostén, difundidos a través de la propaganda y la educación. Un ancho terreno de abstracciones, necesario de abonar mediante actos muy singulares de satisfacción y de apoyo.Por una parte, el sostén específico está referido al nivel de satisfacciones que derivan de las decisiones públicas. La prensa de la época reseñó el contenido de la libreta de Castro León, en la cual apuntó su negación a la reforma agraria, en favor del desarrollo de las obras públicas (María Elena Páez, Elite: 30/04/60). El Centinela del 23/04/60 y 27/04/60, reseñaba que el grupo de captores de Castro León, además de Antonio María, sería beneficiario del Instituto Agrario Nacional. La edición del 24/04/60, informa que el gobernador Medina inaugura diferentes obras, como el acueducto y la planta eléctrica, en el Distrito Lobatera.
Y, por otra, encontramos el sostén difuso, suerte de depósito de las actitudes de apoyo al régimen. La radio jugó un papel estelar. Eran muchas las arengas del general Castro León, aunque no logró el tiempo necesario para un ensayo similar al del general español Queipo de Llano. Cuando los facciosos se rinden, alrededor de las tres de la mañana, la emisora “Ecos del Torbe” transmite las señales de parlamentarios, de líderes estudiantiles y del gobernador. Lo más llamativo era la aceptación y respeto del compromiso militante, a diferencia de hoy. Y no tanto porque el órgano divulgativo acciondemocratista haya dicho que de los seis captores, tres eran de AD y tres de COPEI (AD, 23/04/60): hay un saldo de heridos y muertos en La Concordia, entre los cuales figura Víctor Gómez, miembro del Buró Liceísta de AD (Momento, 29/04/60), un joven que seguramente no figura en la memoria adeca.
Incluso, los ánimos están exaltados y hay quienes, con un superapego simbólico, piden la ejecución de los alzados. En un artículo que formará parte de “Los días y la política”, Gonzalo Barrios dirá: ” Los sucesos del Táchira, demasiado breves para el gusto de algunos, iluminaron como un relámpago ciertas trastiendas. No sabemos si la consigna del ‘paredón’ tuvo desde sus orígenes el valor de simple metáfora que ahora se le confiere. Pero algunos grupos aislados – tal vez por su ignorancia- todavía continúan reclamando su aplicación en el más directo sentido de la palabra”.
No hay una contabilidad estricta y mecánica de los elementos concretos de apoyo al régimen, sino un margen presto al azar. El partido de gobierno, por ejemplo, no sabía de los niveles de lealtad del coronel Pablo Flores, oficial no confiable ya que fungía como director del Liceo Militar Jáuregui. Bastó que se opusiera a Castro León para “que se me pusiera en camino de asumir los más altos cargos dentro de la Institución Armada”, pues, el 25/04/60 es nombrado comandante del Agrupamiento Militar Nr. 1 y alcanza el generalato en 1962, como dijera en “Reminiscencias de un general enjuiciado”.
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