Atentado contra el Gran Mariscal de Ayacucho


Antonio José de Sucre sobrevivió al Motín de Chuquisaca


Tras ser rescatado de Chuquisaca por fuerzas leales, Sucre sale de Bolivia vía marítima el 1° de agosto de 1828. Llega al Callao y allí ofrece al gobierno peruano su mediación en el conflicto con la Gran Colombia

El 18 de abril de 1828 se produjo el Motín de Chuquisaca, en medio del cual se produjo un atentado contra el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre que casi le cuesta la vida y que le dejó por el resto de sus días incapacitado del brazo derecho.

CAUSAS DEL MOTÍN
El motivo coyuntural para insubordinar la guarnición de Chuquisaca, fue la falta de pagos. Sin embargo, las causas profundas respondían a la trama de las élites peruano-bolivianas, que orquestaban el desplome del gran sueño anfictiónico del Libertador. Pretendían los terratenientes, comerciantes y generales de Bolivia y Perú, dejar sin efecto la Constitución de Bolivia de 1826, aprobada también por el Perú. De allí que el 26 de enero de 1827, comienza en Lima la reacción antibolivariana con la insubordinación del Batallón Junión, por parte del comandante neogranadino José de Bustamante, quien depone al general Jacinto Lara y trastoca los planes continentales de Bolívar. Dicha reacción, a cuya cabeza estaba el jefe de gobierno, José de La Mar se dirigirá a la frontera de Bolivia, adonde llega el general Agustín Gamarra con 5 mil hombres para invadir al nuevo Estado, propiciando el Motín de Chuquisaca.

CÓNSULES DE EEUU
El Motín, con apoyo a distancia del jefe del Perú, José de La Mar, alienta la invasión de Bolivia por el también peruano Gamarra, en connivencia con fuerzas bolivianas que aspiraban deshacerse de las tropas grancolombianas estacionadas en el altiplano, así como deponer a Sucre de su cargo de Presidente de Bolivia. Detrás de este cuadro antigrancolombiano, según recuerda Francisco Pividal, estuvo la mano de los cónsules de EEUU en las capitales suramericanas, quienes tramaban con los poderosos enemigos locales del Libertador, obstruyendo sus planes anfictiónicos (Bolívar. Precursor del pensamiento antiimperialista).

¿ASESINARLO?
Al enterarse del motín Sucre se apersona a las puertas del cuartel, formulando llamados conciliatorios. Sin embargo, de los amotinados surge uno quien sin mediar términos, dispara contra el héroe, derribándole. Trasladado a una casa Sucre recibe los primeros auxilios. Allí permanece en calidad der paciente-prisionero, por cuanto los amotinados dispusieron un piquete de soldados que rodeó el inmueble impidiendo su salida. ¿Hubo interés específico en liquidar a Sucre? La hipótesis surge por la enemistad que los patrocinantes principales de los sucesos, La Mar y Gamarra habían expresado contra Simón Bolívar y en la cual se mezclaban ambiciones políticas, con celos personales, como los manifestados por Gamarra ante la supuesta relación del héroe caraqueño con la Generala -esposa de Gamarra- en días en que el Libertador estuvo en el Cuzco; e igualmente la envidia que concitaba la temprana gloria del Gran Mariscal.

CON BOLÍVAR
Tras ser rescatado de Chuquisaca por fuerzas leales, Sucre sale de Bolivia vía marítima el 1° de agosto de 1828. Llega al Callao y allí ofrece al gobierno peruano su mediación en el conflicto con la Gran Colombia. Despreciado su ofrecimiento Sucre reanuda el viaje. Ya en suelo ecuatoriano escribe al Libertador, informándole “Después de cuatro meses y medio de sufrimientos, se cerró mi herida el día que llegué al Callao, y hasta hoy que tengo cinco meses cabales, está consolidada la cicatriz. Sin embargo, los dedos están tiesos, la mano muy débil (…) Vuelvo a la Gran Colombia con el brazo derecho roto por consecuencia de estos alborotos…y por instigaciones del Perú a quien he hecho tantos servicios, y de algunos bolivianos que tienen patria por mi (…) repito esta declaración, así como repito que el mayor premio que puedo recibir…es la amistad y el afecto del Libertador”

PARADOJAS DE LA HISTORIA
El Gran Mariscal caerá asesinado en Berruecos, Nueva Granada, el 4 de junio de 1830, y sus restos permanecieron ocultos hasta finales del siglo XIX, cuando se les identificó. Y precisamente sería la lesión en su brazo derecho, extremidad que quedó inmovilizada por el balazo que recibió Sucre durante el Motín de Chuquisaca, el factor que permitió certificar que aquellos huesos encontrados pertenecían ciertamente al héroe cumanés.

“LA ENVIDIA LE ACARREÓ ENEMIGOS”
“Sucre continuó después de Ayacucho la campaña y entró en triunfo a La Paz…y electo Presidente de Bolivia (1826), cargo que aceptó tan sólo hasta 1828 (…) la envidia le acarreó enemigos, quienes trataron de asesinarlo en Chuquisaca…debiendo su salvación a su secretario Facundo Infante, y rescatado como prisionero por el coronel López, quien vino a marchas forzadas con cien hombres desde Potosí. Sucre renuncia (a) la Presidencia, y con un bello mensaje se despide del pueblo (…) se encamina al puerto de Cobija y el sucesor, General Urdininea, entrega el país (Bolivia) a Gamarra”

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