En 1842, es asesinado en su casa de Ciudad Bolívar el militar y político venezolano, Tomás de Heres. Era hijo de José Fernández de Heres y de María Josefa Rivero Morín. El primero procedente de Asturias y llegado a la provincia en tiempos del Gobernador Manuel Centurión y la segunda, hija de Antonio Rivero teniente del Real Cuerpo de Artillería destinado a Guayana
Dos
grandes partidos políticos se disputaban el poder en Venezuela. Los Conservadores que lo detentaban y los
Liberales que hacían radical oposición.
Heres en Guayana, por supuesto, era conservador. Los Liberales o filántropos encabezados
localmente por Juan Bautista Dalla Costa (padre) tildaba a los Conservadores de
Guayana de “oligarcas” y “antropófagos”
La noche del 9 de abril de 1842
un desconocido asesina a traición al general Heres a los 47 años de
edad. Esto ocurre cuando Heres se hallaba en su casa natal entre las
calles Libertad y Amor Patrio,
en una conversación con el Obispo de Trícala, Mariano Talavera y
Garcés, cuando una explosión apagó la luz y el cuerpo de Heres rodó por
tierra con el brazo izquierdo desprendido y ensangrentado.
.
Los
liberales que agotaron todo un repertorio de calificativos para condenar la
administración de Heres y deformar su imagen, protestaron el asesinato a
mansalva contra este hombre que por tan apegado a la ley, se le tildó de áspero
y austero, pero, al fin, soldado de la
independencia que había luchado al lado de Bolívar y de José de San Martín. Heres
se había distinguido como gobernador de la Provincia de Cuenca en el Ecuador,
como jefe del Estado Mayor General Libertador, Secretario General de Bolívar,
Ministro de Guerra y Marina y Ministro de Estado en el Departamento de Gobierno
Exterior del Perú, encargado de negocios de la República de Colombia en Chile,
Segundo jefe del ejército del Sur al mando de Sucre, diputado por Guayana en el
Congreso de 1830, Presidente de la Diputación Provincial de Guayana en 1831,
senador entre los años 33 y 34 y finalmente Jefe de Operaciones del Orinoco y
Comandante de Armas de Guayana.
Fue socorrido por los doctores Juan Benjamín Siegert y Antonio Gáspari,
más la hemorragia era imposible de detener, y los facultativos
determinaron que la herida era mortal. Los amigo de Heres acusaron del
crimen a los “filántropos”, inclusive fueron juzgados, Isidro Afanador,
Manuel Cornieles y José María de la Palma, más fueron encontrados
inocentes y dejados en libertad; años después se supo que el autor
material había sido el cabo de la guarnición local, Antonio López quien
huyó y nunca fue encontrado. Siempre se sospechó de Juan Bautista Dalla
Costa como autor intelectual del homicidio.
Sus
restos descansan en el Panteón Nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario