Muere el general Joaquín Crespo

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Con la anuencia y ayuda de Crespo el 1 de febrero de 1897 fue elegido Presidente de la República el general Ignacio Andrade en «elecciones libres» contra la figura del general José Manuel Hernández alias «El Mocho» quien no reconoció el triunfo de Andrade y se alzó en armas con el movimiento denominado el Grito de Queipa: «El Mocho» Hernández abandonó Caracas y se internó en los llanos de Cojedes

El general Crespo, como protector del gobierno, salió a someter a «El Mocho» y el 16 de abril de 1898 cayó muerto en el combate de la Mata Carmelera por un certero disparó en el combate de efectuado por un francotirador identificado como el caudillo venezolano Pedro Pérez Delgado, mejor conocido como Maisanta, líder de la rebelión antigomecista; quien apuntó a un hercúleo personaje montado sobre un caballo alazán peruano de gran alzada, con capa blanca, botas de charol, sombrero de Panamá. 

El cadáver de Crespo fue sacado soterradamente hacia Caracas, el enemigo abandonó el campo y se enteró del acontecimiento varios días después. Dos días después del suceso, ya embalsamado se le rindieran en Caracas los honores póstumos dignos de su jerarquía. Fue enterrado el 24 de abril de 1898 en el mausoleo que mandó a construir en el Cementerio General del Sur. En 2013 descubrieron que sus restos fueron robados por presuntos afines al oscurantismo religioso y sectas de paleros.

 En el Municipio Anzoátegui, a varios kilómetros de la población de cojeditos, se encuentra el monumento que marca el sitio donde cayó sin vida el General Joaquín Crespo, la mañana del 16 de abril de 1898, durante un enfrentamiento entre las tropas gubernamentales comandadas por él y las fuerza revolucionarias del General José Manuel Hernández (El Mocho), en ese momento bajo el liderazgo del General Luis Loreto Lima.

EL COMBATE
 El combate comenzó como a las 7 de la mañana en el Hato carmelero donde se sabía estaban atrincheradas las fuerzas del mocho Hernández. Una versión afirma que en las arboledas del hato se hallaban los revolucionarios mochista y al llegar las fuerzas del Gobierno comenzó la batalla.

El General Luis Loreto Lima apostó los hombres al mando del General Samuel Acosta en las copas de los árboles y los del Teniente Pedro Pérez Delgado, conocido como Maisanta, se escondieron en otro mogote delantero para hacer el primer frente en lo alto de los árboles; mientras tanto la caballería se escondía en el barranco del caño Changuango.


El General entra al campo de batalla jineteando una mula a su flanco derecho esta su compadre, el General y Dr. José Ramón Núñez y su yerno el Dr. Isaac Capriles, médico. Detrás sus edecanes y ayudantes descubren al enemigo encaramado encima de unos árboles y ordena avanzar al flanco izquierdo, en el cual Wieddemann comanda la caballería. Comienzan los disparos. La mulas se encabrita con los primeros fogonazos y los francotiradores le disparan y cayó el General Crespo una bala le atravesó la arteria pulmonar, el corazón del pulmón derecho y el hígado, para luego salir destrozando las tres últimas falsa costillas y desgarrar músculos y piel. Eran las 12 y 30, cuando fallece el General Crespo.


De la Mata Carmelera después de la muerte instantánea el General Joaquín Crespo es trasladado en hamaca hasta Acarigua. Allí se designa para su embalsamiento a los doctores Isaac y Ernesto Capriles quienes vienen en el cortejo fúnebre, también participan en la operación los doctores Jaime Cazorla de Caraigua y Manuel Padilla de Araure quienes venían con el General y Presidente del Estado Zamora Manuel Modesto Gallegos. El cadáver se colocó sobre una mesa, en la casa donde funciono la prefectura y el Concejo Municipal de Acarigua, como no se contaba con los recursos necesarios para realizar esta operación se ha hecho una tradición popular que al General Crespo lo rellenaron con semillas de algodón para poder equilibrar el peso del cuerpo porque no había otro material que se pudiera utilizar, d Evitar que una guerrilla nacionalista asaltara la fúnebre comitiva, era responsabilidad que correspondió al General Manuel Modesto Gallegos, presidente del estado llanero. Además se presentaba un problema de urgente solución, pues en Acarigua no existían los recursos necesarios para realizar el embalsamiento del cádaver. Con medios rudimentarios, utilizanod sal, el General Gallegos pudo lograrlo, pero de seguidas había que llevar el féretro a Caracas y las sabanas llaneras están pobladas por grupos revolucionarios. El temor al robo y desaparición del cadáver por el asalto de una de las tants guerrillas nacionalsitas, era la mayor preocupación de Gallegos que vino a resolverla reduciendo el grupo que conducía la urna a muy pocos soldados y marchando hasta Valencia, solamente de noche. En medio de la noche llanera, sigilosamente, regresaba la gran urna. Una entrada a Caracas que el "taita" nunca llegó a imaginar.


El 16 de mayo de 1920, el gobierno del estado Cojedes bajo la presidencia de José Felipe Arcay, construyó un monumento en el lugar del hecho y en memoria del héroe.

Con la inesperada desaparición del General Joaquín Crespo quedaban definitivamente destruido el acuerdo que con tantas dificultades había logrado fabricar en 1897 entre los caudillos regionales para poder lanzar la candidatura del General Ignacio Andrade. También desparecieron los últimos resto de la liga de caudillos que después de 1880 creó Guzmàn Blanco para evitar la reptición del episodio de su compadre, el Presidente Alcántara y que reforzó con la presencia en el seno de la propia liga del General Juan Bautista Araujo, jefe del conservalismo andino, liga que trató de reconstruir Crespo con su triunfo de 1892.

Habían quedao destruidos el acuerdo de 1897 y liga de 1880, pues cada uno de sus integrantes se había convertido en un rival del vecino, y todos se sentían con categoría y mèritos para ocupar la Presdiencia de la República. Ahora, en abril de 1898, el liberalismo amarillo tenía un segundo distintivo; era rierista, fonsequista, rolandista, ayalistas, orteguistas y así hasta el infinto. En un mismo estado habia disttinta correintes en Barcelon con los velutinistas, los rolandistas y la gente de Guzmàn Alvarez. La situaión del Presidente Andrade, a partir de mayo de 1898 la definió con exactitud José Rafael Pocaterra, al decir que "el gobierno de Andrade era una vasta conspiración que empezaba en la propia Secretaría Presidenical".


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