A raíz del constante embate de guerrillas realistas y por el reinante
temor ante de una supuesta "Santa Alianza" entre Francia y España para
recuperar las colonias americanas, Francisco de Paula Santander decretó el 31 de agosto de 1824 un alistamiento general de todos los ciudadanos entre los 16 y los 50 años en el país, exigiéndole al departamento de Venezuela un contingente de 50.000 hombres para ser enviados a Bogotá.
El general José Antonio Páez,
quien venía ejerciendo las funciones de Comandante General de dicho
departamento desde 1822, demoró la ejecución del decreto por casi un
año, temeroso no solo de un motín general, sino para así demostrar su
desagrado ante las decisiones del gobierno central.
Tras una serie de sucesos, entre ellos varios alzamientos en
Venezuela por el alistamiento forzoso y las continuas presiones
bogotanas para acatar el decreto, José Antonio Páez se declaró en
desobediencia el 30 de abril 1826, asumiendo el gobierno de Venezuela y
comprometiéndose a no obedecer órdenes del Gobierno Central de Bogotá.
Semanas
antes la asamblea de San Francisco congregada en Caracas proclamó al
General José Antonio Páez, como Jefe Superior Civil y Militar de toda
Venezuela, días después se constituyó un gobierno provisional, presidido
por Páez, con Miguel Peña como Ministro del Interior, Justicia y
Policía, Diego Bautista Urbaneja en el Ministerio de Hacienda y
Relaciones Exteriores y Carlos Soublette en el Ministerio de Guerra y
Marina.
Páez convocó al Congreso
Constituyente y éste se instaló el 6 de mayo de 1830 con 33 diputados. Además de aprobar la Constitución lo
nombró Presidente de la
República por un período de cuatro años de acuerdo con la
nueva Ley Fundamental y Diego Bautista
Urbaneja, Vicepresidente con dos años de duración en sus funciones.
La proclama de Páez sobre la separación de la Gran Colombia señalaba lo siguiente, “venezolanos: Dijisteis
en noviembre que queríais separaros del territorio que formaba la
república de Colombia, y vuestra voluntad se ha cumplido. Los
cuatro departamentos en que estaba dividida la antigua Venezuela,
Maturín, Orinoco, Venezuela y Zulia, todos han querido una misma cosa y
todos han mostrado el mismo entusiasmo: no ha habido un solo pueblo
disidente…
Venezolanos: os he ofrecido sostener
vuestro pronunciamiento, y colocado hoy al frente del ejército, os
protesto que ningún poder extraño invadirá nuestro territorio, que la
tranquilidad pública no será turbada, y que escudaré la representación
nacional, para que en plena seguridad fije vuestros destinos, y
principie la obra de vuestra prosperidad…La libertad ha aparecido como el sol, y su eficacia ha despertado el patriotismo del pueblo más heroico del Nuevo Mundo. ¡Desgraciados los que quieran oponérsele, y más desgraciados los que intenten extinguirla! Sólo encontrarán la muerte”.
Bolívar, quién había sido reelegido Presidente y al enterarse de esta
situación, salió desde Lima rumbo a Venezuela el 4 de septiembre de 1826,
llegando el 12 de septiembre a Guayaquil y el 16 de noviembre a Bogotá,
luego toma rumbo a a Cartagena y desde allí por mar, arribando a Puerto Cabello
el 31 de diciembre. Días después Bolívar se encontró con Páez,
reafirmando su unión libertadora y el Libertador le otorga una amnistía
general y ratifica a José Antonio Páez Herrera como Jefe Civil y Militar
del departamento de Venezuela. Sin embargo las divisiones entre
venezolanos y neogranadinos se acrecentaron en vista de la demorada a
las reformas constitucionales que pedía la ciudadanía, intensificándose
en los años posteriores.
La separación de Venezuela provocó también la
del Ecuador, gobernador entonces por el general venezolano Juan José Flores,
quien se cuidó de no caer en el yerro del congreso valenciano con respecto al
Libertador. El congreso ecuatoriano, por
el contrario, decretó los mayores honores para el Padre de la patria, pero
Bolívar moría y murió de pesadumbre, moría más por el peso aplastante de su
obra derrumbada que por la severidad de la enfermedad pulmonar que lo
postraba. A partir de esta nueva
Constitución que rigió hasta 1857, Venezuela se estrenaba como República
independiente y soberana. Bolívar, sin
embargo continuó implorando la unión hasta el último suspiro.
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