Cuando desde San Carlos (Edo. Cojedes), se lanza la candidatura de Medina el 3 de Marzo de 1941, ya la del candidato de oposición, Rómulo gallegos, tenía un mes en la calle. Esta última logro obtener 13 votos en la elección hecha por el Congreso Nacional (28-4-1941); Diógenes Escalante obtuvo 2 votos, uno Luis Gerónimo Pietri y otro, José Izquierdo; Isaías Medina Angarita resultó electo presidente de
El general Isaías Medina Angarita y el general Eleazar López Contreras se dirigen al acto de transmisión de mando. [Archivo Fundación Fotografía Urbana] |
Medina llegó a la presidencia arrastrando una leyenda negra acerca de sus simpatías por el fascismo y de su inclinación por Benito Mussolini, que lo acompañó durante los años en que había sido ministro de Guerra y Marina. Según crónicas del periodista Miguel Otero Silva, durante ese período lo hicieron responsable de todos los actos del gobierno que se consideraran antidemocráticos, como el destierro de un dirigente de la oposición o la clausura de un periódico. En cambio, si López Contreras tomaba una medida de índole democrática, se decía que lo hacía «a pesar de Medina». Debido a estos antecedentes, existía el temor de que la elección de Medina como presidente significara un retroceso en la evolución política desde la muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935.
Esta componenda de desacreditación al presidente Medina se llevó libremente; el gobierno del General Medina permitía y garantizaba la plena libertad de expresión, situación aprovechada por los dirigentes acción democratistas para calumniar al propio presidente y su gestión. Mantuvo la neutralidad de Venezuela durante la Segunda Guerra Mundial a pesar de verse involucrado desde el hundimiento del buque petrolero Monagas tras el ataque de la flota submarina nazi en la Operación Neuland de 1942. El Presidente Medina Angarita declaró la guerra al Eje el 15 de febrero de 1945 como requisito para participar en la conferencia fundacional de las Naciones Unidas en sustitución de la Sociedad de Naciones organización que había fallado en su propósito de evitar otro conflicto internacional.
No obstante, el impacto a largo plazo de su obra de gobierno abarcó prácticamente todos los ámbitos del desarrollo.
Cabe destacar que, durante su gestión gubernamental se desarrolló un clima político de respeto y tolerancia evidenciado en una libertad de expresión sin ningún tipo de restricción, como nunca vista en el período de la llamada "hegemonía andina", la cual se inició con el caudillo de Capacho, Cipriano Castro, seguido de los veintisiete interminables años del benemérito Juan Vicente Gómez y, pasando por el período López Contrerista hasta 1945.
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