El 8 de mayo de 1913 Funes encabeza el movimiento que toma por asalto la casa de gobierno del Territorio Federal Amazonas en San Fernando de Atabapo donde asesina al gobernador Roberto Pulido, a su esposa y a un número de personas (unas 460 personas, según se cuenta). A Funes lo acompañan en tal acción Manuel María González y Sebastían González Perdomo, quien dirije el baño de sangre. Después de eso simplemente asumió el poder como gobernador del Territorio Federal Amazonas. Como prueba de la idea de legalidad que tenía, primero le pidió permiso al presidente Juan Vicente Gómez,
aspirando a que lo ratificara en el cargo. Gómez no le respondió pero
tampoco ordena al Ejército a poner orden. Entonces, según relata Funes
en sus cartas, el gobierno colombiano le hizo una propuesta: si se unía a
Colombia, Bogotá lo ratificaba. Funes se negó airado y le mandó la
información a Gómez. El general Gómez envía entonces al general Abelardo
Gorrochotegui como nuevo gobernador, con el encargo de acabar con
Funes, pero al ver que éste domina el territorio y la gente le obedece
se devuelve para Caracas; el general Vicente Pérez Soto, gobernador del
estado Bolívar, recomienda al Presidente Gómez que por los momentos deje
las cosas así y no tome ninguna clase de represalia contra Funes. Por
siete años Funes (en realidad los caucheros a través de él) gobernó de
facto, sin reconocimiento del gobierno central, explotando el caucho sin
rendir cuentas, esclavizando indígenas y sacando del camino a quien lo
molestara (a él o a sus socios).
En
enero de 1921 el guerrillero venezolano Emilio Arévalo Cedeñó combate
la dictadura de Juan Vicente Gómez. Areválo necesita armas y Funes las
tiene, entonces organiza una expedición desde los llanos colombianos,
desciende por el Meta, remonta el Orinoco junto con un grupo
pequeño de expedición, viajando en sigilo, lo que permitió interceptar
la mercancía de caucho y balatá., en San Fernando de Atabapo
sorprende a Tomás Funes, que se entrega cuando
los asaltantes van a prender fuego a su fortín. Al salir el bandido
tiende la mano a Emilio Arévalo que se queda mirando a Funes y le dice: “Todas las aguas de los ríos y mares no me serían suficientes para lavar los crímenes por usted cometidos” y le da la espalda.Ofreció dinero en abundancia a Arévalo para que le diera la libertad
pero este lo rechazó. A primera hora de la mañana del 30 de enero de
1921, después de un juicio condenan a Funes, un pelotón conformado por varios hijos de las víctimas de Funes se
hizo presenta para ejecutar al asesino. A las 9 de la mañana fue
fusilado Tomás Funes junto a su oficial de confianza, Luciano López; el Indio en presencia de todos los habitantes de San Fernando de Atabapo. “El Terror de Rionegro”, vestido de liquiliqui blanco y un sombrero Panamá en la cabeza no permiten que le venden los ojos y con un “Adiós amigos” recibe las balas que le tronchan la vida. Tras su paso de 8 años murieron 420 personas, sin contar indígenas y negros.
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