José Eleazar López Contreras (Queniquea, Táchira, 5 de mayo de 1883 - Caracas, 2 de enero de 1973) fue un militar y político venezolano, Presidente de Venezuela entre 1935 y 1941.
Fue moderando el autoritarismo del que había hecho gala su predecesor Juan Vicente Gómez, durante su gobierno se promulgó la Constitución de 1936. Se afrontó el primer paro de la industria petrolera de Venezuela y crea la Guardia Nacional (para llenar el vacío que existía dentro del cuadro institucional del Estado) y el Banco Central de Venezuela (para modernizar al país y administrar de una manera más eficaz los cuantiosos recursos dados por el petróleo). Se contrataron también expertos extranjeros técnicos en salud pública y se creó la División de Higiene Rural. En el año 1939 ofreció asilo a los judíos errantes de los llamados «Barcos de la Esperanza» (el Caribia y el Königstein), cuya descendencia constituye una gran parte de la actual comunidad judía de Venezuela. Fue General en Jefe de Venezuela, murió en Caracas a los ochenta y nueve años
Nació el 5 de mayo de 1883, para ese año en el país se realizaban festejos al centenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar. López Contreras nació cuando Antonio Guzmán Blanco celebraba la apoteosis de su poder. Sus padres fueron el General Manuel María López y María Catalina Contreras, fue hijo único de este matrimonio. Su tutor fue el sacerdote Fernando María Contreras. A los tres meses de nacido, su padre murió en Cúcuta (Colombia), de fiebre amarilla, por lo que su tío, el Presbítero Fernando Contreras, se hizo cargo de la familia. En cuanto a la educación, estas son palabras del político, militar e historiador: "hice mis primeras letras en la escuela privada que regentaba en el antiguo Capacho Nuevo, en 1883, ingrese al colegio Sagrado Corazón de Jesús en La Grita en el cual obtuve el titulo de bachiller en filosofía y en letras en 1898".
A los quince años recibió el título de Bachiller en Filosofía y Letras. Inicialmente, el joven Eleazar iba a estudiar Medicina en la Universidad de Mérida, actual Universidad de Los Andes, pero se unió a la Revolución Liberal Restauradora comandada por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez (también llamada «la revolución de los sesenta»), tenía 16 años cuando toma esta causa. Se internó en las montañas de Río Bobo huyendo del régimen guzmancista, el padre Contreras le ofreció su ayuda para que pudiese pasar a Cúcuta con la ayuda de unos amigos sacerdotes.
Foto Fachada casa Natal de Eleazar López Contreras |
Allí combatió en numerosas batallas, siendo Capitán ayudante del Batallón Libertador en 1899. En la batalla de Tocuyito (12 de septiembre de 1899), que aseguró el triunfo de la revolución, López fue herido en el brazo izquierdo por una bala de fusil, lo cual lo obligó a someterse a cuidados médicos. El general Gómez veló por él y lo trasladó a Caracas, al cuidado de una familia amiga. El fue a la universidad de los Andes gracias a su tío materno ya que le dio mucho apoyo después de la muerte de su querido padre.
López Contreras se casó por primera vez con Luz María Wolkmar, de cuyo matrimonio tuvo 6 hijos: Blanca Rosa, Eleazar, Cristina, Cecilia, Fernando y Margarita; en segundas nupcias con la señora Luisa Elena Mijares, de la cual no tuvo descendencia y, por último, con María Teresa Núñez Tovar a quien tocó ser primera dama en el período de gobierno 1936-1941, teniendo de ella 2 hijas: Mercedes Enriqueta y María Teresa. Se mostraba complacido de parecer más un académico que un soldado y explicaba que durante su servicio militar su gran interés fue siempre leer y estudiar los métodos de gobierno civil. Cuando asumió el mando presidencial, se presentó a dichos actos sin el atuendo militar y no volvió a llevar el uniforme.
Aquí junto a su esposa María Teresa Núñez Tovar de López, su hija Maruja López y nietos |
Inicios en la carrera militar
Después de haber sido ascendido a Teniente Coronel en 1900, fue nombrado edecán de Castro, ahora Presidente de la República, pero sólo duró un mes y medio en el cargo. Más tarde al estallar la Revolución Libertadora en 1902, fue designado Segundo Ayudante de Estado Mayor del Batallón Carabobo, participando en la batalla de La Victoria en julio de 1902, lo cual inclinó la balanza de las acciones a favor del gobierno. Derrotada la insurrección al año siguiente, fue nombrado Segundo Comandante del Castillo Libertador en Puerto Cabello, ciudad donde se estaba gestando un movimiento para separar del gobierno a Gómez, entonces Vicepresidente de la República, y dejar a Castro como «Jefe Único». López se negó a participar en el movimiento, que pronto fue develado, y renunció al cargo, pero tanto Castro como Gómez desconfiaban de él, pues cada quien lo creía en el bando contrario. Fue así como entre 1903 y 1914 sólo recibió puestos de carácter civil, Comandante de los Resguardos de Puerto Cristóbal Colón, La Vela de Coro, Río Caribe y Carúpano, Interventor de la Aduana de Puerto Sucre, Jefe Civil de Río Chico y Administrador de las Salinas de Araya.
Actividad bajo la presidencia de Juan Vicente Gómez
En 1914, el panorama político había cambiado: Gómez ejercía la presidencia desde 1908, por un incruento Golpe de Estado, y Castro se hallaba exiliado. Un accidente fortuito convenció a Gómez de que López no era partidario de Castro al interceptar una carta de Carmelo Castro, hermano del ex presidente, invitándolo a unirse a una rebelión. Ante esto, Gómez rehabilitó a López, lo asciende a Coronel y lo designa Comandante interino del Batallón Rivas; un año más tarde es designado Comandante del Regimiento Piar Nº 6.
En 1919 fue nombrado Director de Guerra del Ministerio de Guerra y Marina, puesto en el cual mostró dotes administrativas y organizativas notorias. En 1923 fue ascendido a General de Brigada y designado Jefe de la Guarnición de Caracas. En 1924 encabezó la delegación militar y diplomática que representó a Venezuela en las celebraciones del Centenario de la Batalla de Ayacucho, al visitar el campo de la Gran Batalla, exhumó el cadáver de un soldado anónimo, y trajo esos restos a Venezuela, para enterrarlos en el campo de Carabobo. Gómez debió escogerlo, pues era el hombre que más sabía de Sucre y Bolívar para su época. Este hecho lo motivó a escribir su primer libro, El Callao histórico, que trata sobre el asedio y capitulación del Callao en 1826. Fue publicado en 1926 y tuvo muy buena acogida por la crítica.
En 1928, siendo Jefe de Guarnición de Caracas, le tocó enfrentarse a una insurrección promovida por algunos oficiales jóvenes, estudiantes universitarios y activistas políticos; la dominó con firmeza, pero se vio en una situación difícil cuando descubrió que uno de los conspiradores era su propio hijo mayor, Eleazar López Wolhmar. Se supo que el propio Gómez le ofreció a López la libertad de su hijo, pero el propio López Wolhmar, sorpresivamente, se negó. Entonces, Gómez realizó varios movimientos políticos y militares, entre los cuales se cuenta el traslado de López Contreras al Estado Táchira como Jefe de Guarnición y Comandante de la Brigada N° 4 del Ejército en Capacho, allí llevó a cabo un contraataque al Cuartel San Carlos en 1928, un alzamiento que pretendía dar un golpe de Estado a Gómez.
López regresó a Caracas en 1930, donde fue nombrado por Gómez como Jefe del Estado Mayor General interino, en ocasión del desfile conmemorativo del Centenario de la muerte del Libertador en 1930. En ese mismo año, publicó dos libros: Síntesis de la vida militar de Sucre y Bolívar conductor de tropas. En 1931 fue designado por Gómez como Ministro de Guerra y Marina, convirtiéndolo en el militar de carrera más influyente del país.2
Ascenso al poder
Al morir Gómez el 17 de diciembre de 1935, López fue designado Encargado de la Presidencia de la República hasta el 19 de abril de 1936. Logró sofocar un conato de rebelión propiciado por los familiares de Gómez, decretó la libertad de los presos políticos invitando a quienes permanecían en el exilio a regresar al país y restableció la libertad de prensa.3 El 25 de abril del siguiente año fue electo Presidente Constitucional de la República por siete años, desde 1936. Sus discrepancias con el régimen gomecista se hicieron notar en La Historia Militar de Venezuela. En esta obra López declaró, a propósito de los sucesos políticos de 1928 y 1929, nunca haber sido partidario de las medidas represivas tomadas para sofocar la rebelión de los estudiantes universitarios (la llamada Generación del 28) y expone las razones de la conveniencia de la implementación de reglas para mantener el orden público sin recurrir a la acción militar.4
Presidencia
Al principio de su presidencia enfrentó dos grandes crisis: la primera fue el martes de Carnaval de 1936, donde una manifestación popular llegó a Miraflores para exigirle mayores libertades . Los hechos sangrientos ocurridos con motivo de la represión de dicha manifestación motivaron la destitución inmediata y su arresto temporal del gobernador del Distrito Federal Félix Galavis. El presidente López accedió en parte a las peticiones. La segunda fue la huelga laboral en junio de ese mismo año, donde el propósito de la oposición era derrocarlo, cosa que no se cumplió. Reformó la Constitución en julio de 1936, intentó ser democrática rebajando el periodo presidencial de 7 a 5 años, cláusula a que sorpresivamente se aplicó él mismo; sin embargo se legalizaron medidas autoritarias como el exilio mediante decreto presidencial y la proscripción de las ideologías Comunistas y Anarquistas, lo cual causó que varios políticos acusados de tales fueran expulsados del país, entre ellos Rómulo Betancourt.
Su gobierno es recordado por la creación de organismos de protección y asistencia como el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social mediante decreto del 25 de febrero de 1936. Se expuso como motivo la importancia de la higiene pública. Muchas de las innovaciones que el Ministerio introdujo se deben a Arnoldo Gabaldón, quien trajo recomendaciones de la Conferencia de Directores de Salud Pública de Washington en 1936. Fueron contratados expertos extranjeros técnicos en salud pública para la creación de la División de Higiene Rural, el establecimiento del Instituto Nacional de Puericultura y la División de Malariología. También fue creado el Ministerio de Agricultura y Cría debido a la importancia que la política de López Contreras intentaba atribuirle al desarrollo agrícola. El 6 de agosto de 1936 fue la creación del Consejo Venezolano del Niño y el Estatuto de Menores. En 1938 se creó el Instituto Técnico de Inmigración y Colonización, mediante el cual el gobierno planeaba la distribución de latifundios a agricultores venezolanos y extranjeros, para repoblar los campos, elevar la calidad de vida y mejorar en lo étnico a la población. Estas instituciones fueron respaldadas por el presidente a través de todo el país y se les dio una organización permanente cuyo presupuesto se aumentó para potenciar la lucha contra las principales enfermedades y epidemias
Trayectoria posterior a la presidencia
Luego de entregar el mando, López se dedicó a un retiro relativamente tranquilo, pero sin dejar de lado la situación política del nuevo gobierno, formó parte del Partido Democrático Venezolano de Isaías Medina Angarita. En 1944 publica su libro Páginas para la Historia Militar de Venezuela. Sin embargo, surgieron serios desacuerdos entre López y Medina durante el periodo presidencial de éste, lo que derivó en una crisis institucional que culminó violentamente al suceder un golpe de Estado que derrocó a Medina el 18 de octubre de 1945, encabezado por militares jóvenes y activistas de los partidos políticos, entre ellos Rómulo Betancourt, quien presidió la Junta de Gobierno que surgió de dicho golpe. López, Medina y varios de sus colaboradores fueron apresados, luego expulsados del país y juzgados in absentia por peculado y enriquecimiento ilícito. López fijó su residencia en Miami, EE.UU donde vivió hasta 1948. Su casa se convirtió en centro de reunión de los adversarios a la Junta que gobernaba Venezuela entre los que se encontraban los dictadores anticomunistas Rafael Leonidas Trujillo y Anastasio Somoza. A su vez, la Junta lo consideraba «peligroso y subversivo». En esos momentos de su vida, López comentó:
Estoy agradecido con este destierro, con la prisión, con esos juicios políticos que me tienen sometido, (pues) completan mi figura de político venezolano. Yo he sido de todo en Venezuela: Ministro, Presidente, Jefe de Guarnición, invasor, guerrillero, menos preso político y desterrado. Y en Venezuela no puede haber jefe político sin su historia de destierro.
Regreso a Venezuela y últimos días
En el año 1948, el golpe de Estado del 24 de noviembre que derroca al presidente Gallegos le permitió volver al país, aunque no estaba de acuerdo con la política llevada a cabo por el General Marcos Pérez Jiménez. Se retiró a la vida privada, publicando tres libros más: El triunfo de la verdad (1949), Temas de Historia Bolivariana (1954) y Proceso Político Social (1955). A partir de 1958, al caer Pérez Jiménez, volvió a la palestra pública expresando su apoyo por la concordia nacional, y él mismo procede a fraternizar con su antiguo enemigo político, Rómulo Betancourt, quien ahora era el presidente de la Nación. Éste, paradójicamente, tuvo que enfrentarse a situaciones muy parecidas a las que tuvo que enfrentar López en 1936.
Curiosamente, sus antiguos enemigos le fueron rindiendo toda clase de homenajes: primero, en 1961, por disposición constitucional, es nombrado Senador Vitalicio. Ocho de los firmantes de la Carta Magna fueron parte de los 43 que López, por decreto, había expulsado del país en 1937. Luego, en 1963, le fue conferida la réplica de la Espada del Libertador, símbolo de los generales. Él fue el primero en recibirla, de manos del propio Presidente Betancourt. A medida que fue avanzando su edad, se deterioraba su salud, pero conservaba su lucidez. Siguió escribiendo artículos para los diarios, incluso publicó dos libros más (El pensamiento de Bolívar Libertador, en 1963, y Gobierno y Administración, 1936-1941, en 1966).
A fines de 1972 sufre complicaciones pulmonares, y finalmente, muere en Caracas el 2 de enero de 1973. Fue reconocido en vida por su gestión de gobierno, considerada como histórica y fue respetado como ejemplo de civismo. López murió a la edad de 89 años.Se decretan tres días de duelo, se le rinden honores de Jefe de Estado y es sepultado al sonido de 21 salvas de cañón. Tanto fue su apego a la Guardia Nacional, que su último deseo fue cumplido: cuatro Guardias nacionales rasos transportaron sus restos en hombros.
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